El día de hoy el blog se viste de gala, le traigo la primer entrevista que realizo -estaba/estoy muy nerviosa- pues nos visita una escritora que apreció mucho, muy divertida, y que vale la pena echarle una leída a su libro Ojos llenos de sombra.
Hola Raquel, antes que nada, quiero agradecerte por brindarnos unos minutos de tu tiempo y por participar en nuestro especial, espero te sientas cómoda y disfrutes de este pequeño espacio. ¿Nos podrías contar un poco de ti? ¿Quién es Raquel Castro?
Soy, por encima de todo lo demás, una persona que disfruta mucho contar historias y divertir a la gente. Creo que desde niña estos han sido mis dos grandes motores, tanto para encontrar mi vocación como para meterme en problemas: tardé un buen rato en darme cuenta de que las historias inventadas divierten mucho a todos, menos a sus protagonistas (es lo malo de inventar pasajes para personajes reales). Entonces empecé a inventar también los protagonistas y los problemas disminuyeron considerablemente. Desde mi punto de vista, soy bastante simple: me gusta leer, me gusta ver películas, me gusta comer y me gusta platicar. Amo el lenguaje, soy una entusiasta absoluta de la ortografía y la buena redacción, de los dobles sentidos y los juegos de palabras.
Me gustan los gatos, los zombis, las historias de miedo y las de mucho humor. Soy entusiasta de la maravilla escondida en la cotidianidad, la busco a mi alrededor (en lo que veo, en lo que leo, en lo que escucho y en lo que invento).
¿Cuál es la historia en torno a Ojos llenos de sombra? ¿Cómo nació? ¿Qué te inspiró? ¿Qué significa para ti?
Durante los últimos años de mi adolescencia y los primeros de mi juventud estuve involucradísima con la escena gótica: en ella encontraba esa maravilla de la cotidianidad y una expresión estética afín a lo que tenía yo en la cabeza. Así fue como me topé con libros como Entrevista con el vampiro, de Anne Rice, y La música de los vampiros, de Poppy Z. Brite, o películas como El ansia, de Tony Scott o Londres me mata, de Hainf Kureishi. Me maravillaba cómo esas obras mostraban vistazos de la escena gótica en ciudades de Estados Unidos o Inglaterra y me preguntaba por qué no había algo así sobre la de México. Y como no lo había, decidí hacerlo yo. Primero pensé en escribir un libro de cuentos sobre góticos defeños. El título de trabajo era G-Code. Luego lo transformé en un proyecto de serie de tv, luego en un guión de cine, y así se me fueron más de diez años, retomando y abandonando la idea. Finalmente, en 2010 decidí convertir mi proyecto en una novela. Inventé un personaje principal que no existía en los intentos previos y mandé al fondo, como tramas secundarias o incidentales, a los personajes que tenía ya delineados en las etapas anteriores. Y entonces, casi milagrosamente (y con mucho trabajo y mucha auto-tortura) terminé la novela. Antes de eso, jamás había terminado un texto de más de cinco o seis páginas (excepto por trabajo, pero esos no cuentan). Y antes de eso, jamás me había planteado la idea de que contar historias podía ser más que un pasatiempo. Así que Ojos llenos de sombra significa muchísimo para mí. Para empezar, significa que sí puedo terminar lo que empiezo.
De los personajes de esta historia ¿Cuál es con el que te sientes más identificada? y ¿Por qué?
Mi favorito, de todos los que aparecen en la novela, es Mario, el hermano mayor de Atari. Para empezar, él es de mi generación; le gusta andar organizando cosas, como a mí; tiene más o menos los mismos gustos musicales que yo y prefiere, como yo, hacer algo que le reditúa poco pero le gusta mucho –en lugar de hacer algo que le deje mucho dinero pero sea poco placentero. Claro, yo soy más responsable que él y no ando de ligue perpetuo. ;)
Ser la ganadora del Premio Gran Angular es el sueño de cualquier escritor de LIJ, ¿qué trajo a tu vida profesional? ¿y a tu vida personal?
La verdad es que yo no esperaba ganar el premio. Metí la novela al concurso más bien como un acto simbólico, como para decirme a mí misma: “ya la terminaste y es tiempo de que alguien más la lea”, pero ni de broma imaginaba que podía ganar. Fue una gran sorpresa y todavía ahora me considero muy privilegiada y agradecida. Con todo, también fue una sacudida muy grande: antes del premio yo pensaba que escribir era mi pasatiempo; sabía que tenía facilidad para las letras pero en el fondo seguía haciendo lo mismo que cuando niña: inventar historias para darme gusto a mí y para entretener a mi gente cercana. Al ganar el premio tuve que reevaluar eso y preguntarme si, después de todo, no sería yo escritora de verdad. Es muy intimidante, tanto en lo profesional como en lo personal, porque tiene que ver con cómo se define a sí misma una persona. Para empezar, me llevó a renunciar a mi trabajo como oficinista y a replantearme quién era yo. Pero, en resumen, puedo decirlo así: me ha traído sólo cosas buenas que jamás hubiera imaginado vivir.
¿Cuáles han sido los libros que te han marcado como persona y como escritora?
Creo que son básicamente los mismos, porque Raquel-la-persona y Raquel-la-escritora son una sola. O mejor dicho: Raquel-la-escritora es una de las facetas de Raquel. Dicho lo anterior, creo que hay dos libros que han sido especialmente importantes para mí: Arca de Noé, clase turista, de Ephraim Kishon, y Los 25 mejores relatos negros y fantásticos, de Jean Ray. Los dos son libros de cuentos. El primero, de humor; el segundo, de horror. Y si alguna vez leer lo que yo escribo hace que alguien se sienta como yo me sentí al leer esos dos libros, me sentiré satisfecha y plena y feliz. Otros libros que me han influido muchísimo, o que en su momento me dieron ánimo (me hicieron pensar que no estaba sola en lo que yo quería escribir): La música de los vampiros, de Poppy Z. Brite; Punkzilla, de Adam Rapp; Los sueños de la bella durmiente, de Emiliano González; Gente del mundo, de Alberto Chimal; El vampiro de la colonia Roma, de Luis Zapata; Metro Pop, de Fran Ilich; Beige, de Cecil Castelucci; La noche. El alba. El día, de Elie Wiesel; Kalpa Imperial, de Angélica Gorodischer; No tengo tiempo, de Arturo Vallejo; Celia, lo que dice, de Elena Fortún; CopyRight, de Luis Pescetti y Jorge Maronna; Los cantos de Maldoror, del Conde de Lautreamont; Olfato, de Andrés Acosta…
Muchos escritores a la hora de ponerse a escribir tienen una serie de pasos a realizar antes de empezar, eso me lleva a preguntarte, ¿Tienes algún ritual a la hora de escribir?
¿Cuenta como ritual jugar CandyCrush antes de abrir el Word? Nah, la verdad es que no tengo rituales, creo. A veces pongo música, a veces no; a veces me encierro, a veces dejo la puerta abierta; a veces escribo primero a mano y lo paso a la compu, a veces me voy directo al teclado… Lo cierto es que me cuesta mucho trabajo concentrarme y cuando lo logro escribo largo rato sin parar, porque sé que cuando pare tardaré un buen rato en volver a agarrar vuelito. Así que escribo como en explosiones. Y cuando encuentro un buen ritmo, me puedo quedar horas y horas en la escribidera; pero cuando no lo encuentro pueden pasar días sin que escriba nada.
7. Como escritor ¿Cuáles han sido tus mayores retos? Desde el proceso creativo hasta el trato con editoriales
Creo que mi mayor reto fue terminar la primera novela: atreverme a no parar y dejar que alguien más la leyera. Armar las historias me es fácil y muy grato; y hasta el momento no he tenido ningún problema en el trato con las editoriales; pero esa parte, la de atreverme a llevar la historia hasta el final ¡cómo me costó trabajo!
8. ¿Nos podrías contar de tus proyectos en proceso?
Hace un par de semanas entregué una nueva novela. Quería terminarla para mayo y me colgué hasta agosto, así que voy un poco atrasada en mi calendario. Ahora estoy en una situación rara, en una especie de limbo: ya terminé ese proyecto que me acompañó desde diciembre pero todavía no me embarco en uno nuevo, así que me siento un poco perdida. Pero trato de verlo como una vacación, que no puede durar más que un par de semanas, porque luego tengo que ponerme a darle a un libro de cuentos que tengo empezado, a una novela de zombis de la que tengo las primeras páginas y a una de fantasmas que va como a la mitad. También tengo un libro de cuentos (otro) ya casi completo, pero que tengo que acabar de ordenar. Y bueno, la noticia feliz es que octubre y noviembre los dedicaré de lleno a escribir porque obtuve una beca de residencia artística del Conaculta: se trata de que, durante siete semanas, estaré en un estudio en medio del bosque, en Banff (Canadá), ocupada nomás en escribir. Mi plan es dedicar ese tiempo al libro de cuentos, que va a ser una especie de spin off de Ojos llenos de sombra: cada cuento tendrá como protagonista a un personaje secundario de la novela. Es un proyecto que me entusiasma mucho.
¿En dónde se encontrará Raquel Castro dentro de 10 años? ¿Cuáles son tus metas, sueños, propósitos?
¡Diez años es mucho tiempo! Espero estar con mi esposo, escribiendo, pasando buenos ratos con mis amigos, leyendo cosas interesantes. Me gustaría seguir dando clases y, de preferencia, hacerlo más seguido, más en forma. Aunque no estaría mal hacer una maestría. O un diplomado en etología felina. O regresar a las clases de italiano. O aprender otro idioma. O dirigir una revista. Espero que en diez años sea yo una persona sana y sin achaques y no tener que levantarme antes de las ocho. Y, sobre todo, espero que lo que escribo siga interesando a la gente, que siga habiendo quién se ría o se espante o se identifique con mis personajes. Si consigo eso sin dejar de tener techo y comida, me doy por bien servida.
¿Nos podrías contar alguna anécdota graciosa cuando escribías alguno de tus libros?
No es de cuando lo escribí, sino de cuando me avisaron que gané el gran Angular: Laura Lecuona, entonces gerente de literatura infantil de SM, me llamó y me avisó que había ganado, pero que todavía no podía hacerlo público: que al día siguiente sería la rueda de prensa y, entonces sí, a gritarlo a los cuatro vientos. Así que le di las gracias y colgué. Y que quedé sentadita en mi escritorio, callada, callada. Un amigo que trabajaba en la oficina de junto, y que había escuchado todo, me felicitó y preguntó: “¿y no se lo vas a contar a Alberto?” (Alberto es mi esposo). Y sólo en ese momento se me ocurrió que no hacerlo público no significaba quedarme veinticuatro horas ahí sentada, sin decirle una palabra a nadie. ¡Y también en ese momento me di cuenta de lo delgadas que eran las paredes en esa oficina!
Muchas gracias por haber estado con nosotros, siempre es un placer leerte.
No olviden visitar las entrevistas en los blogs que participamos en el especial, espero les haya gustado esta pequeña entrevista y que corran a las librerías por Ojos llenos de sombra.
10 Susurros:
Que gusta ha de haber sido platicar con ella, su libro se ve de lo mejor, y me ha gustado mucho la entrevista, un beso<3
Escritora que estará en Tamaulipas en el Festival Tamaulipas 2014, lamentablemente no vendrá a Ciudad Victoria!!!!
Escritora que estará en Tamaulipas en el Festival Tamaulipas 2014, lamentablemente no vendrá a Ciudad Victoria!!!!
Qué hermosa entrevista :3
Ahora ya quiero leer Ojos llenos de sombra... Que por cierto, me voy derechito a leer tu reseña :)
¡Besos y abrazos!
La verdad es que nunca había escuchado sobre esta autora, pero se me hizo padrísimo la parte en que deja "su trabajo de oficinista" por dedicarse de lleno a algo que la apasiona. Yo espero pronto poder hacer lo mismo. La realidad es que muchos sueños empiezan justo como lo describe ella al ganar el premio. Es algo que no te esperas pero de pronto pasa y a otros les gusta. Ese pequeño empujón es el que muchos llegamos a necesitar para seguir nuestros sueños.
Yo tampoco había oído acerca de la autora, pero me pareció muy buena la entrevista :) ... Quiero leer su libro Ojos llenos de sombra ...
Muy buena entrevista, yo ya quiero leer Ojos Llenos de Sombra
Me encantó esta entrevista, al igual que raquel me cuesta mucho terminar los escritos que empiezo. Y al igual que ella amo los gatos XD
Me encanto tu entrevista pero he estado notando porque los escritores mexicanos que tienen la oportunidad de dar a conocer sus libros terminan con portadas tan feas hasta te desilucionas con solo verlas :/ en fin aplica el no juzgues un libro por su portada
me gustan los títulos, pero no sé que tan buenas sean las novelas, es cosa de investigar
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