Especial Patriótico: Fantasmas, espectros y otros trapos sucios (Reseña)

Tito tiene una nueva ocupación nocturna: escuchar los sorprendentes relatos de su tío Chema a cambio de los quehaceres más desagradables como pago. En cada relato Tito conoce cosas insospechadas del excéntrico anciano; por ejemplo, que en su juventud fue el reconocido locutor de radio llamado doctor Catafalco, o de cómo se enamoró de su extraña esposa.

Así irá descubriendo que su tío no es lo que todos creen.

Yo te lo recomiendo porque...

Tenemos a Tito, un niño que por curiosidad empieza a visitar a su tío Chema, el viejo loco de la familia, cuando llega a la casa queda asombrado del estado de deterioro en el que se encuentra, pues aquello parece un basurero, además de que el tío ni siquiera le habla. 

Al principio el tío no hablaba nada, sólo soltaba una especie de triste ronroneo. Daba pena, no podía creer que alguien que se dedicó a contar historias se hubiera quedado sin palabras. El pobre se veía como guachinango en el desierto.

Pág. 16

Todo cambia cuando Tito toma un objeto raro (un guaje con el retrato de una persona), en seguida, el tío asustado, le grita que deje eso donde lo encontró, pues en su interior habita un espectro, Tito obedece, algo asustado, pero lleno de curiosidad, y su tío decide empezar a contarle la historia, pero cuando estamos en la parte más emocionante, deja de hablar y le dice que el gran Catafalco no cuenta historias de terror gratis, que si quiere saber el final tiene que pagar, y como pago justo, le pide que limpie alguna habitación. Tito se molesta mucho, es más, ¡se siente estafado! y yo compartía su sentir.

-¿A cuánto me sale una historia como la de tu mascota fantasma?

-Veamos - mi tío cerró los ojos para hacer cuentas -. Si por cada párrafo me tienes que limpiar una ventana, cada personaje vale una pila de ropa, quince más cuatro, por tres... menos seis... ¡mmmh!, sale como hacer la limpieza completa de una habitación incluyendo aspirado de alfombras, lavado de ventanas y pulido de cristalería.

-¡Es carísimo!, tendría que pasarme todo el día limpiando.

-Bueno, te haría una rebaja de cliente frecuente. Además ya te regalé el arranque de la historia, para oír el final sólo tendrías que lavar el baño de mi habitación.

-Pág. 54

Pronto descubriríamos Tito y yo, que el gran Catafalco era un embaucador, pues siempre que la historia se ponía buena, dejaba de contar, mi desesperación era tal, que tenía que dejar el libro a un lado y recordar mis clases de meditación, para no hacer algo que lamentaría después, y es que terminaba una historia y ni siquiera te dabas cuenta cuando empezaba a contar la siguiente, creo que si hubiera estado en el lugar de Tito, yo también hubiera perdido la dignidad por escuchar tremendas historias.

Dos días después ya estaba de regreso. Definitivamente eso tampoco habla bien de mi dignidad, pero no pude evitarlo... una historia más, sólo la de Armandito Argumosa y me detendría (es que no podría vivir sin conocer el final). Además le estaba ayudando a mi tío, tan viejo, tan débil, tan enfermo, no era bueno que viviera en aquel muladar ¿no?. La mía era una buena acción, independientemente de si me contaba historias de horror. 

Y después de este lavado de cerebro toqué la puerta, mi tío me recibió con una gran sonrisa, detrás de él ya estaba lista la escoba, el plumero y el traje de buzo...

-Pág. 164

Todas y cada una de las historias valen la pena, en cada relato vemos el toque humorístico que siempre ha caracterizado a Jaime Alfonso Sandoval, creo que nunca hubo un momento de aburrimiento, ni siquiera cuando Tito tenía que ponerse a limpiar la casa, gracias a este libro ahora tengo un genuino miedo por los osos de peluches, uno nunca sabe cuando uno de esos puede ser un osito arrullero y yo sea su próxima victima. En definitiva es un libro obligatorio para todos aquellos que les gustan las historias de terror, recomendado para chicos (12 años) y grandes, pues no creo ser la única en reír en más de una ocasión con las ocurrencias del Tío Chema. Los dejo con una frase que me erizo el bello de la nuca, y el causante de que mis osos de peluche ahora estén en bolsas de plástico xD

-Ni te esfuerces en tirarlo... Esos ositos siempre vuelven- aseguró la niña -. No importa qué tan lejos los abandones.

-¿Cómo lo sabes - Gil la miró con desconfianza.

-Por que yo ya lo intenté

-Pág. 226

Ficha:

Título: Fantasmas, espectros y otros trapos sucios

Autor: Jaime Alfonso Sandoval

Editorial: SM (Barco de vapor)

Pág: 250

Costo: $125

Sobre el escritor:

En la familia de Jaime Alfonso Sandoval casi todos son doctores. Las reuniones familiares de su infancia parecían congresos médicos; alguien decía “Tengo el caso de una neoplasia maligna” como quien dice “Hoy se me antoja comer pollo con papas”.

Como albergaban la esperanza de que él siguiera esta tradición, a los siete años le compraron un botiquín de juguete, pero él lo perdió a propósito, y a escondidas solicitó un curso de magia por correspondencia que se anunciaba en las historietas. Cuando descubrió que con la varita mágica no aparecía ni desaparecía nada y su curso solo enseñaba trucos obvios, se desilusionó. Entonces se le ocurrió su segunda vocación: hacer historietas, con las que llenó cientos de libretitas que escondía en una maleta bajo la cama.

Pero luego se vio obligado a reconocer que dibujaba muy mal, y cobijó una nueva vocación: el cine, con la que tampoco encontró un futuro próspero. Entonces vio la convocatoria del premio de novela juvenil Gran Angular, concursó y ganó, y así llegó a su cuarta, y hasta ahora definitiva, vocación.

Tal vez no fue médico, pero ha descubierto que algunos cuentos sobre monstruos son curativos para los miedos y un buen relato de humor alivia ciertos sobrepesos del alma

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